La Pedriza, por Leandro Cabello



Fotografía realizada y publicada por Leandro Cabello Izquierdo.
"La pedriza, al final del Amarguillo, es muy conocida por los refilos y bloques de arenisca que se sacaban de ella (la fuente de la plaza, en parte, está construida con esta piedra) J.M. Gavira publicó la visita del naturalista, Simón de Rojas a Ubrique en 1.809 y como cuenta su visita a este lugar.

Piedras de amolar
Allí, en un sitio que según él llamaban el Amarguillo, le llamó muchísimo la atención una explotación de piedras de amolar. Como encontró gente, les preguntaría, ya que escribió bastante al respecto en su Diario:

Por el lado de esta [loma] que mira al Sur, jumo al camino y a muy poca altura sobre él vimos a nuestra izquierda un gran descombradero como de mina y algunas chozas para la gente. Estaban trabajando tres hombres (a pesar de ser Domingo) en sacar piedras de amolar para la Maestranza de Sevilla. Se beneficia solo para esto la cantera desde tiempo inmemorial, empleándose de continuo en ella seis hombres y, a veces, veinte, pues solo llegan a faltar todos cuando los obligan por la urgencia a emplearse en piedras de molino.
Salen piedras para Cádiz y demás Pueblos de la Costa y se hacen también amoloncillos que afinan y agujeran luego los barberos. Las piedras han ido a América tiempo ha una vez lo menos.
Para la Vidriería del Puerto de Santa María se hicieron una vez crisoles que se quebraban o saltaban al parecer por lo demasiado fuerte de la piedra. Acaso saldrían buenos escogiéndola más blanda de la misma cantera.
La roca se presenta en bancos verticales, a veces muy gruesos, que corren de Este a Oeste. Es roja por lo común y también rojo-parduzca, blanca y amarillenta, con bastante mica azul, que parece más visible en la blanca. Se hiende en la dirección de sus bancos con más facilidad que en ningún otro sentido y presenta comúnmente en aquella unas listas informes blancuzcas que llaman levantes los canteros y por las cuales se deja dividir con más facilidad, esto les hace muy al caso cuando [un] mismo banco tienen que partirlo en tres o más, según el grosor de las piedras.
Tiene la roca sus hendeduras irregulares en otras direcciones que, a veces, imitan demasiado a las líneas de la estratificación y es menester siempre cuidar mucho de no confundirlas con ellas. Son tantas, a veces, dichas hendeduras (llamadas pelos por los canteros) que inutilizan la roca y sus buenos bancos. No hay grandes cortes o trabajos, pero si bastantes en varios sitios de la loma".

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